noviembre 28, 1997

Venezuela y Colombia hoy

Hace dos semanas asistí a una conferencia identificada como Venezuela y Colombia en el nuevo milenio. Este evento contó con el patrocinio de la Fundación Pensamiento y Acción, la Fundación Rómulo Betancourt y el IESA. También contó con el apoyo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Banco Mercantil.
El evento fue excelente, habiendo logrado imponer un ambiente estrictamente académico a pesar de un tema sumamente delicado. Había un respeto absoluto por ideas y sentimientos diferentes y contradictorios. Dado que el evento permitió momentos de reflexión y pensamiento, me gustaría compartir una preocupación personal.
En los últimos años, el comercio entre los dos países ha crecido drásticamente en términos nominales. Como resultado de esto, parece que se ha popularizado la idea de que ahora existe un proceso irreversible de integración liderado por mercados, empresas y consumidores. Además, este proceso parece estar ocurriendo a espaldas del sector político.
Esta idea es algo peligrosa. Especialmente si se tiene en cuenta que una parte sustancial del comercio que hemos observado en los últimos años se basa en premisas falsas y en factores que no son sostenibles a largo plazo. Entre estos podemos observar los siguientes:
La explosión de los volúmenes intercambiados entre los dos países se originó a principios de la década de los ochenta, en momentos en que Venezuela entraba en su fase de “empobrecimiento”. Ante esto, a excepción de cierta actividad comercial estrictamente unilateral de carácter básicamente local y fronterizo, Venezuela negoció a su voluntad, necesidad o extravagancia con los centros comerciales más sofisticados del mundo. Colombia prácticamente no tenía posibilidades de participar en el mercado venezolano.
Al mismo tiempo, los ingresos petroleros de Venezuela hicieron que el país mantuviera una moneda extraordinariamente fuerte que hizo prácticamente imposible alcanzar niveles de competitividad que hubieran permitido a la comunidad empresarial del país incursionar en el mercado colombiano. Evidentemente, no existía ningún incentivo para exportar cuando se requería que el país mantuviera una política de aranceles altos y cuotas de importación para proteger los mercados locales.
En los últimos años, la introducción de medidas económicas artificiales ayudó a alimentar este espejismo de aumento del comercio. Entre estas medidas, una de las más importantes fue la aparición de los subsidios cambiarios que ofrecía la industria venezolana con el fin de facilitar la importación de materia prima e incluso de productos terminados. Esto evidentemente generó una “exportación de subsidios” tanto en el mercado formal como en el informal. También es importante señalar que frente a barreras como los controles de cambio de varios tipos, el comercio naturalmente gravitó hacia países que pertenecían al acuerdo de compensación de ALADI, incluido por supuesto, Colombia. Esto también estimuló artificialmente las importaciones venezolanas de estos países.
También albergo la sospecha de que los flujos comerciales, incluso cuando se expresan en moneda fuerte y aparentemente favorables a Venezuela, esconden problemas que deberían ser analizados más de cerca. Entre estos problemas, vistos (quizás subjetivamente) desde la perspectiva venezolana, podemos encontrar los siguientes: ¿Es equitativa la generación de empleo que produce este comercio? ¿Venezuela exporta productos básicos a Colombia para los que el país siempre ha tenido mercados disponibles? ¿Colombia se ve favorecida por este intercambio, accediendo a un mercado de exportación de productos que realmente no son competitivos en otros lugares?
Ciertamente no estoy criticando el aumento del comercio entre Venezuela y Colombia. Estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo, estoy convencido de que el comercio comercial entre Colombia y Venezuela por sí solo no constituye una base suficientemente sólida para apoyar la integración. Más especialmente cuando, como todos los venezolanos desean, el país logra salir de su actual estado de pobreza y como consecuencia altera totalmente su gestión de los flujos comerciales.
Definitivamente no debemos paralizar esta integración, pero debemos promover bases nuevas y sólidas que puedan sustentarla. Por ejemplo, es de suma importancia para cualquier integración beneficiosa entre los dos países llegar a acuerdos sobre el manejo de las cuencas hidrológicas y cuencas hidrográficas que garanticen el suministro de agua potable a las futuras generaciones de Colombo-Venezolanas.
Publicado en Daily Journal


noviembre 20, 1997

RECADI vuelve al ataque

En un pais donde el Gobierno con orgullo se atreve a publicitar en 1997 la terminacion de unas obras viales inciadas en 1973, los resultados tardios de las gestiones administrativo - legales no deberian sorprender. No obstante sorprendidos estamos al notar la reciente circulación en Caracas de citaciones, solicitudes de reintegros, imposición de multas, declaratorias sin lugar de recursos y demas hierbas aromáticas; todas estas relacionadas con Recadi. Si Señor: Con Recadi - No con OTAC - Con Recadi!.
Para mis lectores jóvenes que pudiesen estar bajo la equivocada impresión de que las loqueteras de los sistemas de controles cambiarios se originaron exclusivamente durante este Gobierno les recuerdo que a principios de los ochenta se implemento un sistema de controles, como respuesta confusa a una nueva realidad cambiaria donde se descubrió la devaluación del bolívar y que se conoció como Recadi.
El sistema Recadi, vía la emisión de señales económicas equivocadas, la estimulación de importaciones totalmente innecesarias y el uso corrupto de los beneficios cambiarios que se ofrecían, se constituyo en el experimento económico mas costoso de la historia venezolana. Todas las perdidas acumuladas de la reciente crisis bancario (y que estimo en unos US$ 9.000 millones ver nota) no suman un monto ni cercano al costo total producido por Recadi. Fue solo el hecho de que el costo de Recadi se incurrió sobre un periodo de varios años diluyendo su efecto que lo hizo menos visible, como desastre, que la crisis de bancos.
Aun cuando existió una cierta oposición, la inherencia casi absoluta que tenia el sistema Recadi en la economía nacional, resulto en la creación de una especie de sociedad de cómplices que hacia muy difícil tanto corregir como castigar los abusos que se cometieron. Todavía recordamos la sorna implícita en los comentarios relativos al chinito de Recadi, único personaje y que como excepción que comprueba la regla, sufrió un castigo judicial.
Recadi, como cualquier proceso burocrático gubernamental, requería para su funcionamiento de una amplísima documentación y lo cual le imponía exigencias administrativas poco usuales a una industria y un comercio en verdad poco acostumbrados a mantener relaciones con organismos oficiales de cierto nivel. Como co-ejecutor del sistema de Recadi el gobierno contrata ademas a la banca nacional y la cual bastante a regañadientes debe durante varios años dedicarse a papelear documentación y emitir fianzas por compromisos incomprensibles.
Cuando al fin Recadi desaparece el alivio es total. Como reacción normal los involucrados comienzan un proceso involuntario de archivar, guardar por ahi, esconder y perder todo tipo de documentación que pudiese recordarles tan nefasto capitulo. Asimismo surgen nuevos actores. O generaciones nuevas que nunca vivieron a Recadi (50% del país) o extranjeros inversionistas - banqueros pero que todos tienen algo en común. Ven una carpeta tipo Recadi, la observan, la definen como el producto de una loquetera histórica y con la eficiencia, energía y arrogancia propia del recién llegado, la mandan a botar.
Es al día siguiente que; del Banco Central de Venezuela; del Ministerio de Hacienda; de los bancos fiadores y; de las distintas Cortes Administrativas le empieza llover los escritos. 
"La Corte xxx en relación al recurso interpuesto ... declara SIN LUGAR el recurso contencioso administrativo interpuesto por yyy contra la decisión dictada por la Comisión de Registro de la Deuda Externa Privada mediante resolución de Febrero de 1985". 
"Tenemos el agrado de dirigirnos a Usted con el fin de notificarles que el BCV nos ha solicitado el reintegro de xxxx dólares en adelantos por las siguientes importaciones y por las cuales sostienen que no se consigno oportunamente la documentación que justificaba dichos adelantos"
Las preguntas que nos quedan a todos son varias ¿Que extraña fuerza de energía logra potenciar la reactivación casi fantasmagórica de lo que para todos los fines se había considerado unos expedientes muerto? ¿Es esto la nueva Venezuela donde la Justicia llega tarde pero llega? ¿Sera esto un te espero en la bajadita? ¿Sera esto el resultado de una nueva aplicación de la privatización de negocios oficiales?
Por lo menos algunas conclusiones parecen claras: !Guarde hasta el recibo del peaje! !Cuidado OTAC viene por ahi; si no este siglo, seguro el proximo!
Nota: Los 9.000 millones de dólares estimados como costo de la crisis bancaria es el resultado de sumar a.) 2.000 millones derivados de una mala administración de los bancos, b.) 3.000 millones en perdidas de cartera de cartera e inversiones resultante de una política monetaria anormalmente severa con tasa de intereses reales superiores a 20% y c.) y 4.000 millones de dólares de costo producto de la ineficiente administración de la crisis por parte de las autoridades.
Traducido del Daily Journal


noviembre 13, 1997

Reestructuración de PDVSA - algunas dudas

Para un venezolano común le puede resultar de mayor consecuencia real la eficiencia de la industria petrolera que la eficiencia del mismo gobierno. Considerando el alboroto nacional que generaria la busqueda de una reforma constitucional o una sencilla reforma electoral, resulta sorprendente la facilidad con la cual se ha logrado vender al pais, el plan de reorganizacion de PDVSA. 

Ante todos los problemas que presenta el pais actual creo que la mayoría de sus ciudadanos, por lo menos aquellos que no desean o pueden contemplar la opcion migratoria, han fijado todas sus esperanzas en la existencia, a la vuelta de la esquina, de una industria petrolera buoyante, productora de mas de 6 milllones de barriles diarios. Es posible que lo anterior les impida, so pena de entrar en el mas profundo estado depresivo, ni cuestionar ni mucho menos contemplar la posibilidad de que todo no este como debe estar en nuestra industria petrolera. 
Yo tambien espero mucho de la industria petrolera pero estoy seguro de que por cuanto "el ojo del amo engorda el ganado" todo venezolano tiene una clara responsabilidad de vigilar, emitir opiniones y en todo sentido hacer lo que este a su alcanze para evitar que por culpa de faltar un control efectivo se desvirtue su funcionamiento. Sin el debido control y de permitirsele a una meritocracia interna por meritoria que esta sea, el siempre hacer de las suyas, no guardo la menor duda de que una organización tan rica como PDVSA, dedicada a una actividad tan extraordinariamente generosa, que permite vender en 20 dolares un producto que tiene un costo de produccion de 5 dolares, se encuentra "condenada" a la degeneración. 
En tal sentido deseo expresar ciertas reservas sobre el plan de restructuración que recientemente se le ha comunicado al pais. El Plan segun tengo entendido, se fundamenta en sustituir la organización actual representada por las empresas Lagoven, Maraven y Corpoven y que cumplian todas las funciones propias de una operadora, por unas empresas funcionales especializadas y donde se destaca la de exploración y producción, la de manufactura y comercialización y la de servicios. 
Puede que haya pecado por inocente pero siempre tuve la impresión que el haber mantenido la industria petrolera venezolana dividida en tres empresas operadoras le suministraba al pais una herramienta de control al promover una cierta competencia, permitir establecer algunas bases de comparacion y finalmente mantener distintos equipos de profesionales especializados y que de una forma u otra pudiesen vigilarse entre si. 
No obstante que nunca fui tan inocente como para creer que el control anterior fuese perfecto y que por supuesto el esquema significaba una cierta duplicación de costos, la solución me resultaba un compromiso bastante satisfactorio y muy especialmente al compararla con las alternativas de politizar la empresa u otorgarle una independencia total (prendiendo velitas al santo correspondiente). 
Como elementos que justifican el nuevo Plan organizativo hemos oido; a.) estimaciones de ahorros y que en un plazo corto fueron creciendo de 1.000 a los 2.000 millones de dólares anuales; b.) que esto obedece a la necesidad de elevar la cuota de participación venezolana en el mercado mundial y c.) que esto simplemente responde a tendencias organizacionales propias de la industria. 
Los argumentos no me convencen de todo. Claro que pueden haber ahorros pero, si fuese posible lograr un ahorro de 1.000 a 2.000 millones de dólares y sin que esto tuviese un efecto sobre las operaciones tácitamente me suena como reconocer la existencia de una ineficiencia actual tan criminal que en cuyo caso la primera medida deberia ser remover toda la Junta Directiva de la propia PDVSA. 
El segundo argumento de elevar la cuota de participación de Venezuela en el mundo creo tiene mucho mas que ver con abandonar los acuerdos de la OPEP que con un plan de reestructuración. Finalmente no estoy seguro que en terminos de organización se deba comparar una empresa estatal como PDVSA con empresas petroleras privadas y las cuales operan en un mundo donde hay accionistas, bolsas de valores y otros elementos que ejercen un control sobre la gestón administrativa. 
Hasta que logre oir argumentos satisfactorios relativos a como se espera ejercer los controles a los que tiene derecho la sociedad, el Plan simplemente me parece una propuesta de centralización, tanto de funciones como de poder. En tal sentido creo que el Plan solo podria acelerar la degeneración a la cual sostengo esta "condenada" la empresa. ¿Por cierto si la centralización por funciones presenta tantas ventajas que hacemos descentralizando en Venezuela?
Publicado en el Daily Journal