julio 01, 2004

El musical

AMIGOS, O NOSOTROS hacemos de esta cosa algo de lo que pronto todos los venezolanos nos podamos reír o tendremos que pagar una triste e inmensa factura por muchas décadas. Es más, ni me extrañaría que hasta Broadway, no resistirá la tentación de producir un musical sobre lo nuestro... así lo visualizo:
El primer acto muestra a unos viejos cansados leyendo un libro y preguntándose... ¿Por dónde será? Se les acercan unos jóvenes baquianos, que habiendo estudiado en un país del Norte con beca de un mariscal retirado y con la eficiencia que recuerda los métodos de la venta de tiempo compartido, convencen a los viejitos de botar el libro e irse, dizque por un cómodo y rápido atajo... donde se pierden.
Al rato vemos como un vivaracho joven, pasillaneando por un polvoroso sendero al son de un joropo, descubre el libro entrelazado en las raíces del samán donde se ha sentado para tomarse un cafecito. Rescata el libro de las raíces, cual espada de la piedra y descubre al abrirlo la vieja agenda socialdemócrata, que para bien o para mal contenía la llave al corazón de los electores venezolanos.
Con esta agenda el joven asciende al poder, pero como tampoco logra descifrar su ejecutoria, es rodeado por otros estudiantes del exterior, esta vez de una isla algo al norte, que también dicen saberlo todo... y se origina la madre de todas las pérdidas.
De ahí en adelante el musical es una inmensa fiesta de confusiones, donde hábilmente se explotan los elementos típicos de este género, tales como lágrimas, heroísmos, cursilerías, amistades, estupideces, pobreza, ostentación, intrigas, pillerías, amores y desamores, venganzas y, por supuesto, muchas canciones de Primera. Después de un intermedio, a las 11 de abril, tan corto que no alcanza ni para ir al baño, el bululú se reinicia destacándose en especial los caracteres femeninos, que en colorido dejarían pálidas a colegas de Broadway, como Evita.
Pero el director es juguetón y así, minutos antes de finalizar, cuando ya todos están alineados para el gran encuentro democrático del 15 de agosto y que en espectacularidad promete superar a la del Señor de los Anillos, todo se paraliza y se oye una voz decir... levanten las manos quienes quieren que este musical termine como una comedia de Moliére... levanten ahora las manos quienes prefieren que termine como una tragedia de Shakespeare.
¿Qué querrá la audiencia? ¿Quién agarrará la agenda? ¿Logrará al fin ejecutarla?... Amigos, véanlo próximamente... en vivo.