septiembre 13, 2006

Alimentando La Negra

Al tener tiempo argumentando la necesidad que el ciudadano venezolano participe de manera mas directa en la toma de decisiones sobre el qué hacer con sus ingresos petroleros entenderán que estoy feliz cuando comienzo oír a un político, en este caso Manuel Rosales, tener la decencia de expresar con hechos una confianza en el venezolano, proponiendo entregarle con La Negra un 20% de los ingresos netos que resultan de la actividad petrolera, después de satisfacer los requerimiento de inversión de PDVSA. Por cierto hemos oído algunos comentarios de Benjamín Rausseo que apuntan en una dirección similar pero no conocemos detalles.

Les confieso que a mi me hubiese gustado más un 80%-20% que el 20%-80% propuesto pero lo más importante en este momento es que La Negra no resulte en un pequeño esfuerzo marginal sino que su impacto transformador se sienta desde el primer momento. En tal sentido propongo que alimentemos a La Negra con el 100% de los ingresos nuevos resultantes de vender la gasolina en Venezuela a su verdadero precio de oportunidad internacional y luego repartamos estos ingresos íntegros, el 100%, vía una La Negra pero en este caso entregada al 100% de los ciudadanos.

¿Que significaría esto? El precio de la gasolina doméstica aumentaría una barbaridad, como a Bs.1.380 por litro, pero simultáneamente se estaría en posición de repartir alrededor de Bs.50.000 mensuales a cada uno de los 26 millones de venezolanos, con los cuales podrían comprar su gasolina como antes o usarlo en lo que les resulte mas necesario. Una familia de 5 personas recibiría entonces de La Negra, solo por este concepto, Bs. 250.000 al mes lo que, en gasolina a los precios nuevos equivaldría a un tanque semanal completo pero que también les permitiría recibir su dividendo así no usen gasolina. Por cierto propongo que Las Negras de los menores de 15 años deberían, como regla básica, ser entregadas a sus madres.

De esta manera La Negra lograría eliminar para siempre esa locura de vender nuestro valioso recurso no renovable por nada, como si fuese agua, lo que conforma una de las políticas públicas más nefastas que jamás se haya visto y que en el mundo entero nos deja pintados como unos soberanos idiotas. ¡Viva La Negra!